Los errores los comete uno, los aciertos los demás. Un error tiene valor cuando afecta a otras personas. No podemos saber el alcance de un error. Cuando el error de otro lo he padecido yo, con el tiempo lo he ido tapando pero de vez en cuando aparece, se hace presente y pocas veces me despierta una sonrisa. Cuando reconocemos que un error perjudica a alguien nunca lo hacemos queriendo, lo contrario no sería un error sino la voluntad de perjudicar para provocar dolor en los demás. Recuerdo, cuando tenía nueve años, que mi maestro me